¡Tinta, tinteros y resiliencia!

Al igual que Asterix vivió en una pequeña aldea de irreductibles galos, yo viví en una minúscula población en los Pirineos. Era tan pequeña que parecía que el tiempo se había detenido. Cuando en todos los sitios se utilizaban lápices y bolígrafos en la escuela seguíamos utilizando tinta china. Recuerdo cuando se acababa la tinta el Sr. Abrador (el maestro) nos llevaba al patio para observar el proceso (y para no manchar el aula) Echaba un saquito con polvos “mágicos” en un caldero (como la poción de Asterix), añadía agua, lo removía y ya teníamos nuevamente tinta. Guardaba la tinta en unas botellas de “La Casera” para luego rellenar los tinteros y a seguir emborronando cuadernos de deberes.

¡Tinta, tinteros y resiliencia!

• Luis, ¿nos vas a contar batallitas de cuando eras crio? ¡Anda, vete al grano!
• No te impacientes, que todo llega.

Hoy en día, mucho antes de que se acabe la tinta de la impresora ya nos empieza a enviar mensajes advirtiéndonos de que cambiemos el cartucho.  Dado el precio de los cartuchos uno sigue y sigue imprimiendo hasta que se agota la tinta. Mi impresora manda un mensaje cuando se agota la tinta negra que viene a decir “a partir de este momento, en lugar de negro se empezará a emplear color”.

• ¿A dónde quieres llegar Luis?

Al final la impresora se muestra resiliente, sabe adaptarse a la falta de tinta negra. El Diccionario de la Lengua Española define Resiliencia:

1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
2. f. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.

Nosotros podríamos aprender de la impresora. En nuestra vida continuamente sufrimos situaciones que nos son adversas, ¡nos quedamos sin tinta! Hay quienes lo único que hacen es quejarse de la situación, pero no buscan soluciones. En ocasiones uno se puede escudar en el “yo soy así”, y eso no nos ayuda nada. La buena noticia es que la resiliencia se puede adquirir. Con la pelea en el día a día y tras enfrentarse a situaciones perturbadoras uno puede salir reforzado de las contrariedades, se convierte en una persona resiliente.

• ¿Me puedes dar alguna pista para ser resiliente?

1. Conócete a ti mismo, tus puntos fuertes y tus debilidades. De esta manera podrás enfocarte hacia la meta sabiendo en qué apoyarte y qué necesitas.
2. Confía en ti mismo. Con esfuerzo puedes lograr lo que te propongas. No esperes regalos sin esfuerzo.
3. Aprende de los obstáculos. No es malo caerse, lo malo es no aprender para la siguiente ocasión.
4. Acepta lo que te llega, sé optimista, sé flexible. No siempre te gustará lo que te viene por delante, pero sí puedes aprender de los cambios y esto te enseñará para el futuro.
5. Rodéate de gente positiva y elimina a los tóxicos. A estas alturas necesitamos gente que sume no que reste.
6. No pierdas tu sentido del humor. Recuerda que una sonrisa puede abrir muchas puertas.
7. ¡Pide ayuda! Muchas veces cuatro ojos ven más que dos. No es mejor cazador el león que va solo sino el que va acompañado.

¿Vas a seguir quejándote de tu vida?

Mejor ¡muévete!

Recuerda que si tú quieres tú puedes

 

Hablando de tinta nada mejor que El último de la fila y su canción Lápiz y tinta. Su primer verso nos dice Tela, cinta, otra vez a empezar, un buen lema resiliente.

©Luis Juli Aydillo                                

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