¡Cómo crece el bambú!

Los que me conocéis y me seguís en Twitter o en Linkedin habréis observado que tengo la misma fotografía en la portada, ¡un bosque de bambú! En concreto del llamado bambú japonés. Es una planta muy peculiar y con un gran significado.

¡Cómo crece el bambú!

• ¡Vaya, Luis! ¿Nos vas a hablar de jardinería? ¿De decoración? ¡No me gustan los muebles de bambú!
• Del bambú se puede aprender ¡y mucho!, pero sed pacientes, por favor.

¡Es una planta que puede llegar a crecer 32 metros en un mes!, ¡4 centímetros a la hora! Si fuésemos observadores (y muy muy pacientes) casi la podríamos ver crecer si fijamos la mirada. En la antigüedad se pensaba que tenía propiedades mágicas, pero la ciencia ha demostrado que el crecimiento es pura fisiología vegetal, pura mecánica, espectacular, pero “razonable”

• ¡Es fantástico, Luis! ¡Yo quiero unas para mi jardín!

¡Paciencia! ¡Mucha paciencia! (y ya sé que es la cuarta vez que menciono esta palabra en cuatro líneas) Tras elegir una buena semilla y plantarla hay que regarla

• ¡Bueno Luis, como con la mayoría de las plantas!

Ya, pero esta tiene una particularidad, hay que cuidarla ¡DURANTE SIETE AÑOS SIN VER NADA! Durante todo este tiempo irá desarrollando bajo tierra sus raíces, densas, extensas, profundas, y se irá preparando el futuro tallo para que, llegado el día, se extienda como si fuese un brazo telescópico, con rapidez y consistencia.

Nuestra vida es como el bambú. Desde que nos siembran, desde que “nos sembramos” debemos ir cuidando nuestra base, nuestros valores, nuestra formación. En ocasiones nos desesperaremos, no veremos resultados. Hay momentos en los que nos apetecería coger la azada y levantar lo sembrado al no ver crecimiento ¡craso error! ¡Arrancaríamos la planta! Si queremos llegar lejos, si queremos crecer en lo personal, ¡debemos cuidar nuestras raíces! ¡Debemos ser pacientes! Si la semilla es buena y los cuidados son los adecuados, solo necesitaremos paciencia. ¿Y qué cuidados necesitamos?:

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• NO DESFALLEZCAS. Recuerda lo que le cuesta crecer al bambú. ¡Y al final crece más de un metro diario!

Y no confundamos paciencia con pasividad ¡en absoluto! ¡Estamos siendo activos mientras regamos nuestra semilla, mientras no descuidamos su cultivo!

• Luis, ¿tú serás un experto en esto de la paciencia?

Dice el refrán que en casa de herrero “cuchara de palo”. En mi situación actual cada día me dan ganas de coger la azada y arrancar lo sembrado, pero por ahora soy paciente. Todo llegará, aunque no dejo de regar (y de poner velas)

Hoy voy a compartir una canción de uno de mis autores favoritos, Joan Manuel Serrat y «De vez en cuando la vida» donde nos dice que de vez en cuando uno es feliz como un niño…

©Luis Juli Aydillo

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