Lo reconozco, soy uno más de los millones de personas que vemos la televisión. En este caso me dejó impresionado los consejos de un abuelo a su nieto. En hora de máxima audiencia, en un concurso de cocina para niños de entre 8 y 12 años, competían los últimos concursantes supervivientes. La prueba a la que se sometieron los chavales consistía en hacer el mismo plato que elaboraban sus abuelos. El benjamín de la prueba, Jefferson, estaba realizando el plato que había elegido su abuelo, Fish & chips.
- ¡Luis, por favor! ¿No se te ocurrirá narrarnos un concurso televisivo?
- ¡Mucho tenemos que aprender de lo que se vio en ese programa! ¿Y no estoy hablando de cocina!

¡Solo es cocina!
Tras un pequeño accidente, la presión de la competición y la falta de tiempo, Jefferson (así se llama el coprotagonista de esta historia), presentó un plato que fue merecedor del último puesto en la prueba. Antes de ser puntuado, ya estaba llorando y ¿el motivo?… decepcionar a su abuelo. Tras el abrazo con su antecesor, y no pudiendo disimular su desconsuelo, el abuelo le dijo:
- ¡Solo es cocina!, no lo olvides. ¡Solo es cocina! Debes salir de aquí con la barbilla bien alta.
- ¿Cuántas veces en nuestra vida nos disgustamos, o nos entristecemos, por cosas que no son trascendentes?
En demasiadas ocasiones, hechos insignificantes para el observador externo, nos generan una carga emocional desproporcionada. Unas veces es ira, otras es tristeza, pero siempre exageradas. Ver discusiones por una plaza de aparcamiento, una pifia de tráfico, una reunión de vecinos, una discusión sobre la atención de un camarero o un mal entendido con un compañero. Hay quien se toma estos hechos (u otros similares) como batallas personales.
- Luis, ¿me estás diciendo que no reclame mis derechos?
- No, te digo que la vida no es una guerra continua, ni un valle de lágrimas.
Unas simples pautas nos pueden ayudar a limitar los accesos de ira, enfado o desasosiego en cuestiones de poca importancia
- Toma distancia. Piensa si realmente lo que ha sucedido es tan importante. Muchas veces a quien más afecta el enfado es a ti mismo, no a tus “contrincantes”
- Piensa que es de las dificultades de donde aprenderás para crecer. Y cuanto antes lo aprendamos mejor nos servirá ña experiencia.
- Controla lo que esté en tu mano. Hay muchos eventos en nuestra vida que no dependen de nosotros, pero si depende de uno mismo la actitud con la que nos enfrentamos a las situaciones negativas. Busca el lado positivo de todo.
- Cambia por qué por el cómo. Cuando llegues a una situación negativa piensa en cómo salir y en cómo evitar que vuelva a suceder, no por qué te pasa a ti lo que te pasa. Ríete de la vida y no te sientas como un amigo de mi hijo que se creía siempre el “desfavorito”
Conclusion: Hagamos caso al abuelo de Jefferson y pensemos “Solo es cocina” y “Sal con la barbilla bien alta”
En la mayoría de las ocasiones, y dejando pasar un poco de tiempo, una sonrisa, un apretón de manos o un abrazo, nos reconfortarán más que una “batalla” ganada con el camarero o un compañero.
Que Jefferson se disguste con 8 años es muy lógico, que nos disgustemos los adultos no parece tan razonable. Hagamos lo que nuestro niño y recuperemos la sonrisa en un momento.
Vive la vida.
Busca ganar sonrisas y no batallas.
Vivirás más feliz.
Al igual que Jefferson nos cocinó un Fish & Chips, emblema de la comida británica, hoy voy a buscar como canción una dedicada al no menos icónico plato de la gastronomía internacional (norteamericana, concretamente) y no es otro que American Pie (tarta de manzana) de Don McLean
©Luis Juli Aydillo
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Yo voy mucho más allá que la victoria, la medalla de oro o cruzar la meta en primer lugar. Y para empezar no me gustaría tirar por tierra el trabajo y el sacrificio de las personas por haber terminado quintos, décimos, vigésimos o últimos. Lógicamente no todo el mundo puede ganar, sólo hay un Ronaldo, un Bolt, un Messi, un Alonso, un Gasol, un Einstein, una Mirea Belmonte o una Carolina Marín. Pero los demás compiten, luchan y se divierten (si ganan mejor y si no lo hacen, no ocurre nada).
¿Dónde quedó el famoso lema de los Juegos Olímpicos “Lo importante es participar”? ¿Sólo vale ganar e intentar batir a tu oponente? ¿Es eso una competición digna de elogio? Bajo mi humilde opinión todo el que participa gana, pues lo importante es empezar, hacer algo, correr, intentarlo, luchar por algo y, sobre todo, divertirse y ser feliz.
Tienes toda la razón, Rosa, como siempre. El espíritu olímpico, que debería ser el espíritu de la vida. Vivir intentando hacer lo mejor posible todo lo que cae en nuestras manos. Que seamos los mejores no es solo una cuestión de esfuerzo, pero el objetivo no debe ser únicamente la competencia. El desarrollo personal y el disfrutar de la vida son objetivos tan importantes como ganar.
Un abrazo enorme Rosa
La competición debe ser siempre con uno mismo. La cosa no va de ser el mejor, ni ser que mejor que los demás. La cosa va de ser la mejor versión de uno mismo, mejorándose y los rivales son los compañeros que ayudan en el proceso.
Así es, la unica competición razonable es la que tenemos con nosotros mismos para ser, cada vez, mejores de lo que éramos.
Un inmenso abrazo.
es un placer encontrarte por estas paginas espero seguir disfrutando de tu pagina. te deseo que sigas teniendo buena vida colmada de bendiciones
Muchas gracias por tus palabras. Espero que las futuras entradas te sigan gustando. Nos leemos!!!!
Muy buenos consejos. Vi el programa como hago con todos los de cocina w puedo por la tarde/noche y me pareció un magnífico punto de vista el que dio el abuelo al pequeño jefferson. La canción, que recuerdos!!!!. Buen martes.
Los abuelos son un pozo de sabiduría inmenso Lurda. Aprendamos de ellos.
La canción?, es nueva jajaja. A mi también me trae recuerdos.
Un saludo Lurda
Cuantos disgustos nos ahorraríamos si no nos tomásemos las cosas de otra manera… pero lo que más me gusto de todo, es que no lloraba como lloran los demás por perder, si no por defraudar a su abuelo… eso dice mucho del pequeño… Besos!!
Muchos de los disgustos son totalmente evitables, y lo lograríamos, como bien dices, tomándolos de otra manera.
Jefferson lloró por defraudar a su abuelo, no por la puntuación, lo cual hace aun más grande a nuestro pequeño protagonista.
Un abrazo Vane.
Me quedé encantada con el abuelo, ojalá los padres de esos niños que juegan a fútbol en categorías pequeñas fueran así y no dieran el ejemplo que vemos y que sus hijos se les queda grabado. Pienso que la vida hay que tomarla con serenidad, como bien dices pensar las cosas dos veces. En este caso los mismos chefs incentivan la competitividad de una manera tremenda, fijate la niña el acoso que le metió a Miguel y todos lo consintieron incluidos los padres. Un abrazo, me encanta leerte.
El programa no deja de ser un circo, en lugar de domar fieras quieren domar concursantes, con la connivencia de todos. Afortunadamente, de vez en cuando, aparece alguien, como el abuelo de Jefferson, que nos da un punto de cordura.
Ojalá apareciesen más abuelos así en las instalaciones deportivas. Las recorro todos los fines de semana y te quedas asustado del nivel que dan una ruidosa minoría de padres.
Un abrazo María.
Muy buena reflexión me gusto tu : tomar distancia , aprender (ahì si me permites añadirìa para que me ocurre esto, de que me sirve), controla lo que está en tu mano( lo sabemos pero a veces duele aceptarlo en la mayoria de casos por miedo, desconicimiento…) y me encantó el cambio del Qué por el Cómo. Genial!!!👏👏👏
Muchas gracias por tus palabras Zamoranita. Me encanta lo que añades, «Me ocurre esto, de qué me sirve»
La teoría nos la sabemos muy bien, pero aplicarla nos cuesta más.
Un abrazo inmenso!!!!
Mi padre me decía: «Más se perdió en la guerra». Tienes razón. Aveces nos lamentamos or cosas sin importancia o al menos poco trascendentales. Un abrazo, amigo.
Tiene toda la razón «Más se perdió en la guerra». Sepamos poner todo con la debida perspectiva, Mel.
Un abrazo inmenso.
Uno a ti, querido Luis.
🙂
Efectivamente, es mucho mejor para nuestra salud física y psíquica tomar distancia y mirar desde otra perspectiva.
Un abrazo, Luis
Así debería ser, María. Pero ¡nos cuesta tanto tener la serenidad para analizar lo que distorsiona nuestras vidas!
Un abrazo, María
Deja mucho para pensar, reflexionar y sobre todo tomarnos la vida con más calma, disfrutar lo que hacemos por el proceso mismo, más que por el resultado con el que pensamos nos vamos a encontrar. Un abrazo grande
Tengo un post en el que hablo del Viaje de Ulises. Kavafis nos habla, en su poema Itaca, que los mayores tesoros no los encontraremos en el destino, sino en el viaje, que estará cargado de aventuras y conocimientos. Eso es lo importante, como bien dices Themis, el proceso en sí y no el resultado.
Un abrazo y gracias por tu reflexión.
Hola Luis si puedes mándame el link del post, pues me encantaría leerlo. Un abrazo
Te adjunto el link:https://luisjuli2.wordpress.com/2015/10/21/ulises-no-corras/
Espero que te guste, Themis. Y muchísimas gracias por tu interés!!!!
Un abrazo inmenso.
Hoy en el taller de la Serenidad precisamente hemos hablado y reflexionado sobre pautas para cambiar el porque por el cómo y tratar de ser más felices. Pero nos cuesta salir de nuestra zona de confort y buscamos lo fácil. !Así nos va! Muy bonita la entrada. Un cordial saludo cocinado a fuego lento
Muchas gracias Mariloli por tus palabras. Es cierto que nos cuesta salir de nuestra zona de confort, y también es cierto que podemos aprender a ser felices. Talleres como el tuyo son de una gran ayuda!!!!
Sigamos cocinando nuestra felicidad a fuego lento!!!!
Un abrazo Mariloli
Así es Luis, es sólo cocina. No creo que sea necesario exponer a los niños de esa manera en ese tipo de concursos. Gracias por el post
Hola José Carlos. La competición es una parte de la vida, pero con algunas matizaciones. Someter a los niños a un espectáculo de fuerte competencia delante de millones de espectadores creo que tiene más puntos negativos que positivos.
Gracias a ti, José Carlos, por leerlo y comentarlo. Un abrazo
Empezaremos a vivir el día que nos demos cuenta que la vida no es una competición a ver quién tiene más y mejor o quién gasta mejores cosas. Lastima que seamos tan ilusos y como dijo aquel, «Nos damos cuenta que la vida se acaba cuando somos viejos para vivirla» Un abrazo.
Disfrutemos del camino Antonio. Cada día seremos más listos (o eso espero) y nos damos cuenta, como bien dices, que la vida no es una competición, es una colaboración
Vaya por delante que Jefferson me enamoró, incluyendo su avidez y sabia reflexión del abuelo
La candidez de Jefferson es quien nos enamora. La sinceridad y honestidad, junto con su sonrisa es lo que prima sobre el resto de valores.
Muchas gracias por tu comentario Claudia
Un placer y totalmente de acuerdo
Muchas gracias por tu comentario, Claudia.
Un saludo!!!
http://m.ideal.es/sociedad/201609/23/busca-abuelo-para-nina-20160923121407.html .A mí me recordó a que ya no tengo abuelos 😦 y a esta noticia que escuché hace tiempo. 🙂
Me ha impresionado el anuncio, Pepa. Muy buena aportación, digna de ser sometida a una larga reflexión.
Muchas gracias, como siempre, Pepa
Gracias, Luis!
No siempre tengo tiempo para comentar, pero sabes que te leo siempre y sonrío.
Muy buena semana 🙂
Muchas gracias por el tiempo que dedicas a comentar Poli. Realmente el tiempo se escurre entre los dedos.
Un abrazo y buena semana Poli.
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Muchas gracias por compartir el post Franky. Es un placer para mi!!!
¡Que bueno el post Luis! Tenemos que aprender a cambiar, aunque a cierta altura de la vida sea difícil, pero no imposible. Muchas gracias por compartir.Abrazo.
Muchas gracias por tu comentario, Marta. Es cierto que es más fácil cambiar cuanto más joven se es, pero también es cierto que la edad nos sirve de excusa perfecta para no cambiar.
Como bien dices, Marta, los cambios son difíciles,… pero no imposibles.
Un placer tenerte de visita en mi blog, nos leemos!!!!
No se en que momento hemos cambiados nuestros niños por adultos, y los adultos queriendo ser niños de nuevo. ¿Que es ganar? lo mismo que perder, solo depende el momento y tanto de una forma o de otra lo importante es participar. Pero me refiero a cuando somos adultos, los niños con esa edad solo deberían preocuparse de disfrutar de seguir siendo niños, ya tendrán tiempo de competir, porque una vez que entren en esa espiral, salir no sera facil.
En primer lugar, muchas gracias por tu comentario Marisol. En segundo lugar, comparto tus palabras.
Cada etapa de la vida tiene su objetivo, su función, y la de la niñez es tan importante que no tiene sentido «forzar» a los niños a que hagan papeles de adulto. Es una etapa para disfrutar. Como bien dices, ya tendrán tiempo para competir más adelante.
Un abrazo enorme, Marisol, y buena semana.
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